Conciencia I
Hoy brilla la luz más. Pero no dejes que te ciegue. Más importante que levantarse feliz, es acostarse satisfecho. Ya sabes que subir cuesta arriba y llegar a la meta satisface más que caer como un canto rodado. Siempre te pasa igual, tus miedos no te dejan vivir, dar de lo máximo de ti, lo que tú y yo sabemos que eres capaz de ofrecer a los demás. No seas egoísta, luego no pretendas recibir aquello que tú no otorgas. Sé que amar resulta muy difícil. Sí, estoy hablando de amor. La mayoría de la gente cree que lo siente al mínimo latir del corazón. No, amigo, sólo escucha por respeto a quienes intenten convencerte de que no existe. Únicamente mira en tu interior. Verás que continuamente hay algo ahí que te llama.
Amor no es atracción. No lo subestimes, siempre engañándote. Me río contigo, no de ti. ¿Alguna vez has visto al río unirse a su mar? Eso es amor. Es la dulce acaricia de un niño, su sonrisa. Quien te habla es consciente de lo que piensas, pero también de lo que sientes. No, no son la misma cosa. Quizá, no, seguro que tienes mucho que aprender. Olvida el tópico. La vida no es mitad cerebro, mitad corazón. Más bien al sentimiento hay que untarle una pizca de razón. Ahí tienes un secreto, para que luego digas que no te quiero, y que sólo te hablo para molestarte. Qué paciencia tengo contigo.
Veamos, ¿es que nunca lo has dado todo en un abrazo? Ayer, ¿no te acuerdas ya?, maldita memoria. Ese brindis no fue casualidad, y lo sabes. No quieres, necesitas a esa persona. Cuida bien a tu amigo. No, que no, no me refiero al conocido, al que sólo está para cuando no hay nubes en el cielo. Mima al que soporta la borrasca contigo, al compañero de fatigas y desamores, al que comparte tus risas y tus lágrimas. A ése me refería. Siempre confundiéndote. No temas, aún eres joven, y debes disfrutar de la inexperiencia, bendita sea. A golpes se forja el alma. Lo siento, yo no tengo la culpa. Siempre puedes contar conmigo, estoy aquí para ayudarte. Es mi misión. Hasta mañana, estoy cansada.
Amor no es atracción. No lo subestimes, siempre engañándote. Me río contigo, no de ti. ¿Alguna vez has visto al río unirse a su mar? Eso es amor. Es la dulce acaricia de un niño, su sonrisa. Quien te habla es consciente de lo que piensas, pero también de lo que sientes. No, no son la misma cosa. Quizá, no, seguro que tienes mucho que aprender. Olvida el tópico. La vida no es mitad cerebro, mitad corazón. Más bien al sentimiento hay que untarle una pizca de razón. Ahí tienes un secreto, para que luego digas que no te quiero, y que sólo te hablo para molestarte. Qué paciencia tengo contigo.
Veamos, ¿es que nunca lo has dado todo en un abrazo? Ayer, ¿no te acuerdas ya?, maldita memoria. Ese brindis no fue casualidad, y lo sabes. No quieres, necesitas a esa persona. Cuida bien a tu amigo. No, que no, no me refiero al conocido, al que sólo está para cuando no hay nubes en el cielo. Mima al que soporta la borrasca contigo, al compañero de fatigas y desamores, al que comparte tus risas y tus lágrimas. A ése me refería. Siempre confundiéndote. No temas, aún eres joven, y debes disfrutar de la inexperiencia, bendita sea. A golpes se forja el alma. Lo siento, yo no tengo la culpa. Siempre puedes contar conmigo, estoy aquí para ayudarte. Es mi misión. Hasta mañana, estoy cansada.